Desde el humanismo cristiano tomista y a través de la Cátedra de Formación Física Integral Henri Didón propicia el sentido de búsqueda y una construcción de sujeto ciudadano en una sociedad que cada vez considera el tratamiento de los contenidos afectivos y el mundo de los valores a partir de práctica de la actividad física, en este caso de actividades físicas musicalizadas, favoreciendo y valorando las experiencias vividas por el estudiante, transformándolos así en elementos sumamente importantes para un procesos de aprendizaje en búsqueda de la verdad, como una unidad de cuerpo y alma, es decir, Integral.
Es así que la Cátedra buscó estos espacios lúdicos, rítmicos y coordinativos para promover en los estudiantes estilos y formas de vida saludable desde la perspectiva de la salud, la actividad física, lo praxiológico, el valor social y la corporeidad.
Es así que la Cátedra buscó estos espacios lúdicos, rítmicos y coordinativos para promover en los estudiantes estilos y formas de vida saludable desde la perspectiva de la salud, la actividad física, lo praxiológico, el valor social y la corporeidad.